domingo, 12 de abril de 2009

A 27 años del Hundimiento del Crucero General Belgrano


A veintisiete años del Hundimiento del Crucero Gral. Belgrano

Reflexionar sobre la Historia nos permite crecer como sociedad. Por ello me propongo acercarte brevemente la del Crucero Gral. Belgrano, con motivo de un nuevo aniversario de su hundimiento. Sus singularidades pueden despertarnos inquietudes y el deseo por conocer la verdad de nuestra Historia más reciente que, a título personal, todavía espera un debate autocrítico, serio y responsable.
El Crucero ARA Gral. Belgrano fue comprado a la marina estadounidense por el Gral. Perón en 1951. En ella servía bajo el nombre de USS Phoenix. La acción no le era desconocida: defendió la bahía de Pearl Harbor ante el bombardeo japonés (II Guerra Mundial, 1941) y luego formó parte de las campañas de la Séptima Flota Norteamericana.
Su primer nombre en la Armada Argentina fue Crucero ARA 17 de Octubre –en honor al 17 de octubre de 1945, fecha fundacional del Peronismo-. Paradójicamente en 1955 integró las fuerzas de la autodenominada “Revolución Libertadora”, siendo el encargado de dar el ultimátum de bombardeo a la destilería YPF de La Plata, acción con la que forzó la caída del mismo gobierno constitucional que lo había adquirido. Días después fue rebautizado: así el Crucero ARA 17 de Octubre pasaría a denominarse definitivamente Crucero ARA Gral. Belgrano.
Más tarde, con 30 años de servicio, y siendo el último crucero de su tipo en actividad en todo el mundo, intervino en el conflicto con Chile –soberanía del canal de Beagle y sus islas Lennox, Picton y Nueva, 1978-, y por último en la Guerra de Malvinas. Ushuaia es el último puerto que guarda su recuerdo. Por las características del equipamiento bélico moderno tantos años de servicio ponían en desventaja a la nave, aun teniendo en cuenta la actualización de armamentos a la que había sido sometida.
Hacia el 2 de abril de 1982 el Belgrano estaba en pleno proceso de reparaciones y mantenimiento anual, por lo que no formó parte de la flota que había zarpado el 28 de marzo hacia el sur. Su incorporación se produjo recién el 16 de abril. Llevaba 1093 tripulantes. Junto a sus escoltas (Destructor ARA Bouchard; Destructor ARA Piedra Buena; Aviso ARA Gurruchaga) debía defender la costa patagónica ante un posible ataque inglés y vigilar la zona sur de las Islas y el Cabo de Hornos.
A las 17 hs. del domingo 2 de mayo dos torpedos disparados desde el Submarino nuclear HMS Conqueror provocaron el colapso de la metálica estructura. Con ello, la vida de 323 personas se extinguía. El total de las bajas constituye la mitad del total de argentinos que murieron durante el conflicto. Muchos desaparecieron en el lugar del siniestro, o fallecieron horas después a causa del congelamiento o graves heridas y quemaduras procuradas al abandonar la nave. El hecho se produjo al sur de la línea de exclusión de combate fijada unilateralmente por el gobierno británico. Atrás quedarían los esfuerzos del presidente peruano Belaúnde Terry por mediar buscando el cese de las actividades, las votaciones de las Naciones Unidas (Res. 502), tratativas en la Organización de Estados Americanos (OEA) o las discusiones para la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). El rescate de los sobrevivientes comenzó un día después.
El 14 de junio se produjo la rendición de las fuerzas argentinas, formalizada por Gral. Menéndez ante el Gral. británico Jeremy Moore. Esto puso fin al conflicto armado pero no al litigio de soberanía: nuestro país no renuncia a sus Derechos Jurídicos, Geográficos e Históricos sobre los 12.000 km2 de sup. insular.
Un siglo atrás la posibilidad de que Argentina y Gran Bretaña se enfrentaran era algo sumamente improbable. Capitales británicos habían instalado en nuestro país ferrocarriles y frigoríficos por ej., que ayudados con un trato preferencial por parte de la dirigencia vernácula tuvieron un papel importante en el comienzo de la economía nacional.
En lo interno la dictadura nos dejó un legado de muerte y atraso: 30.000 desaparecidos, una guerra, el incremento abismal de la deuda externa –por citar sólo algunas aberraciones- marcan el ocaso de los regímenes militares que gobernaron nuestro país desde 1976.
Muchos hombres murieron. Sus familias debieron reconstruirse. En su momento los responsables prefirieron el silencio y las sombras.
Para todos los caídos el descanso en paz. Para los que volvieron, familiares, y las generaciones venideras el convencimiento de que ni las armas ni la muerte son el camino a seguir.

Enviado por Mario Flores Monje

Cronología Malvinas

Cronología Malvinas 2007
-fuente: Diario La Nación-

Viernes 19 de enero de 2007. Los cinco presidentes del Mercosur firmaron en Río de Janeiro una resolución que reafirma "los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía referidos a la cuestión de las islas Malvinas" y requirieron que se "alcance una pronta solución".
Lunes 22 de enero de 2007. El canciller Taiana se reunió por primera vez con el flamante Secretario Gral. de la ONU, el coreano Ban Ki-moon. Le pidió concretamente "la renovación de las gestiones de buenos oficios para lograr una reanudación del diálogo con Gran Bretaña". Por su parte Ban Ki-moon expresó "su conocimiento del tema y su mejor disposición". Desde 1982, la Asamblea General y el Comité Especial de Descolonización han formulado en reiteradas ocasiones esta solicitud de buenos oficios. El reclamo por las Malvinas había sido abordado por Taiana y el entonces secretario general Kofi Annan en junio de 2006, un día antes de la sesión del Comité Especial de Descolonización, que adoptó, el 15 de junio de 2006, otra resolución que pidió nuevamente a los gobiernos de ambos países que reanudaran las negociaciones. El canciller Jorge Taiana responsabilizó a Gran Bretaña, ante el nuevo secretario general de las Naciones Unidas, de no haber "permitido arribar a una solución en la disputa" por la soberanía de las islas Malvinas.
Martes 20 de febrero de 2007. El director general de la petrolera Repsol YPF para la Argentina, Brasil y Bolivia, Enrique Locutura, anunció que la compañía prevé realizar en 2008 trabajos de sondeo sísmico para la búsqueda de hidrocarburos en la cuenca de Malvinas, donde también podría participar la empresa estatal Enarsa.
Lunes 26 de febrero de 2007. El canciller Jorge Taiana confirmó que el gobierno argentino rechazó una invitación de su par británico para que el presidente Néstor Kirchner participe en un acto en memoria de los caídos en la Guerra de las Malvinas al cumplirse 25 años del conflicto bélico.
Sábado 3 de marzo de 2007. Los presidentes y ministros de los países que integran el denominado Grupo Río dieron un fuerte respaldo al reclamo argentino por la soberanía sobre las islas Malvinas, por medio de una declaración en la que promueve "una solución justa, pacífica y definitiva" al diferendo con Gran Bretaña. El Grupo Río fue creado en 1986 con la intención de actuar como un ámbito de debate político con el fin de garantizar la gobernabilidad y la concertación política en América latina y el Caribe.
Jueves 22 de marzo de 2007. En una entrevista concedida a 25 años del conflicto en el Atlántico Sur el primer ministro británico, Tony Blair, aprobó la decisión de Margaret Thatcher de haber enviado, en 1982, un contingente militar a Malvinas.
Martes 27 de Marzo de 2007. Por medio de una comunicación formal cursada a la administración de Tony Blair, el Presidente Kirchner dio por terminada la cooperación con Gran Bretaña en materia de exploración y explotación de hidrocarburos en el Atlántico Sur, amparada bajo el “paraguas de soberanía” que rige las relaciones diplomáticas desde 1990. Según las explicaciones oficiales, desde que se firmó la Declaración conjunta argentino-británica de 1995 en cooperación hidrocarburífera, Inglaterra y la Argentina no coincidían en el área en que se cada país podía operar, por lo que aquel país concedía permisos de manera inconsulta con el argumento de que, merced a ese acuerdo, contaba con el aval argentino para hacerlo. La cancillería británica calificó de “lamentable” que el país haya puesto fin al convenio de hidrocarburos y advirtió que es “un paso atrás” en la relación bilateral.
Lunes 2 de abril de 2007. Sin dar ninguna explicación pública, el presidente Néstor Kirchner resolvió no participar del acto oficial por el vigésimo quinto aniversario de la Guerra de las Malvinas. Kirchner prefirió suspender el viaje porque el clima social en Río Gallegos estaba en un pico de máxima tensión. "El temor es que haya grupos de activistas que viajen de Río Gallegos a Ushuaia y provoquen situaciones poco convenientes para el Presidente"
Lunes 2 de abril de 2007. Veteranos de guerra argentinos despliegan la bandera nacional en el cementerio de Darwin. Las autoridades isleñas protestan ante el hecho.
Lunes 2 de abril de 2007. El periódico inglés The Guardian publicó un editorial en el que señala que las islas Malvinas fueron "robadas" a la Argentina por Gran Bretaña "durante una era de dramática expansión colonial británica" y calificó de "justo y necesario" el reiterado reclamo argentino para discutir en negociaciones diplomáticas la soberanía del archipiélago.
Miércoles 4 de abril de 2007. El Gobierno nacional formalizó las restricciones para operar en la Argentina a las petroleras que lo hagan o lo hayan hecho en el pasado en las islas Malvinas. A través de la Resolución 407/07 el Gobierno creó un registro en el cual las empresas deberán inscribirse para operar en el territorio argentino -tanto marítimo como continental-.
Jueves 5 de abril de 2007. La policía de Malvinas retiró las 10 placas de acrílico colocadas allí por veteranos. El Poder Ejecutivo local anunció ayer que tres de esas plaquetas serán confiscadas y "enviadas a desechar" porque son "de contenido político".
Lunes 23 de abril de 2007. Ex combatientes argentinos de la Guerra de las Malvinas entregaron al presidente boliviano, Evo Morales, un cofre con tierra de las islas en disputa con el Reino Unido y le pidieron que ayude a recuperarlas para la Argentina y América Latina.
Martes 5 de junio de 2007. La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), reunida en Panamá, aprobó el reclamo argentino de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias, Sandwich del Sur y los espacios marítimos
Miércoles 13 de junio de 2007. La ex primera ministra británica Margaret Thatcher calificó la recuperación en 1982 de las islas Malvinas como una elogió la victoria de su país, en vísperas del 25º aniversario del fin de la guerra con la Argentina. El presidente Néstor Kirchner no dejó pasar las declaraciones de la ex primera dama británica y aseguró que la Argentina defenderá la "soberanía de las Malvinas hasta el último momento" y que "por la paz" volverán a ser argentinas - Jueves 14 de junio de 2007-.
Martes 19 de junio de 2007. La Argentina recibió el respaldo al reclamo formulado al Reino Unido para discutir la soberanía de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur por parte de los países que integran la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (Zpcas: 14 países africanos; Argentina; Brasil y Uruguay). Sucedió en la reunión ministerial que se realizó en Luanda, Angola, y en vísperas de que la Argentina renueve su planteo en los foros multilaterales.
Jueves 21 de junio de 2007. El canciller Jorge Taiana aseveró que el Reino Unido incurre en "comportamiento violatorio y abusivo" cuando comete "actos unilaterales" en torno de las Islas Malvinas, en el marco del discurso que pronunció ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas (ONU) en su reunión anual que se realiza en Nueva York.
Sábado 22 de septiembre de 2007. La embajada británica en Buenos Aires admitió que “el Reino Unido está considerando la posibilidad de hacer la presentación ante esa oficina de la ONU sobre la plataforma continental alrededor de las islas”.
Jueves 18 de octubre de 2007. El canciller Jorge Taiana reiteró que la Argentina también prepara su propia presentación ante la ONU para ampliar su dominio en la zona en disputa. Taiana recordó que "la Argentina se encuentra realizando diversos estudios y trabajos para efectuar su presentación del límite exterior de la plataforma continental argentina ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de las Naciones Unidas, la cual incluirá al Sector Antártico Argentino, así como a las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, por ser parte integrante de nuestro territorio nacional". La Convención, que ha sido suscripta por 130 Estados y entró en vigor en 1994, establece que la potestad jurisdiccional de los países costeros sobre los recursos del mar alcanza a las 200 millas y reconoce, además, los derechos soberanos de los Estados ribereños sobre su plataforma continental. En ese sentido, los gobiernos tienen plazo hasta mayo de 2009 para demostrar hasta dónde se extienden sus respectivas plataformas continentales, sin que ese límite pueda exceder de las 350 millas.
Miércoles 17 de octubre de 2007. Gran Bretaña confirmó oficialmente que "estudia" presentar una petición ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para extender su reclamo de soberanía a la plataforma continental de las islas Malvinas y Georgias. La cancillería de ese país también reconoció que solicitará también el control soberano de casi un millón de kilómetros cuadrados del lecho marino encuadrado dentro de la porción del continente antártico hoy reivindicada por nuestro país.
Jueves 8 de noviembre de 2007. Los cancilleres de los 22 países que participan de la XVII Cumbre Iberoamericana en Santiago de Chile decidieron elevar a los Jefes de Estado y de Gobierno una declaración de apoyo a la Argentina en su reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Miércoles 7 de noviembre de 2007. El presidente Néstor Kirchner le reiteró su reclamo al secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki Moon –en visita a nuestro país-, para que se concrete la gestión de buenos oficios del organismo en favor de que el Reino Unido retome las negociaciones con nuestro país respecto de la soberanía sobre las islas Malvinas.
Jueves 13 de diciembre de 2007. El Gobierno reclamó formalmente a Londres por la inclusión de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y del sector antártico argentino, en el tratado europeo de Lisboa, aprobado en Portugal. Así, la disputa por el archipiélago volvió a tensar la relación bilateral entre la Argentina y el Reino Unido y fue motivo de la primera acción de política exterior del gobierno de Cristina Kirchner. Las islas fueron incorporadas con bandera británica en el tratado de Lisboa, que reemplaza a la frustrada Constitución europea.

Cronología Malvinas 2008
-fuente: Diario La Nación-

Jueves 3 de enero de 2008. Se cumplen 175 años de ocupación británica en las Islas Malvinas.
Viernes 4 de enero de 2008. El primer ministro británico, Gordon Brown, reafirmó la soberanía del Reino Unido sobre las islas Malvinas, pero a la vez consideró "importante que argentinos comunes también tengan la oportunidad de recordar a sus seres queridos que fueron enviados a la guerra". Fue en el contexto de un mensaje de Año Nuevo a los isleños.
Martes 8 de enero de 2008. La Comisión de Familiares de los Caídos en las Malvinas reiteró su reclamo de ser recibida en una audiencia por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para pedirle ayuda a fin de viajar al archipiélago austral a inaugurar el cenotafio que hace casi cuatro años fue construido. Al recibirlos la presidenta comprometió ayuda política y económica para que puedan viajar durante 2008 a las islas. Los deudos intentan desde hace dos años que se apruebe un viaje masivo, con al menos un familiar de cada soldado caído, pero se enfrentan a trabas logísticas y diplomáticas. La principal: los isleños se niegan a permitir que lleguen en vuelos chárter y sólo podrían hacerlo en barco, lo que implicaría un enorme gasto. Pero la Cancillería intenta conseguir que el viaje sea tomado como "una cuestión humanitaria", de modo que el Reino Unido y los isleños acepten los vuelos. El gobierno británico se mostró dispuesto a esa posibilidad, pero los malvinenses se niegan: aducen que no pueden aceptar vuelos chárter mientras la Argentina sólo permite el paso sobre su territorio continental de un vuelo semanal hacia las islas.
Miércoles 9 de enero de 2008. El ex comandante en jefe de la Armada Jorge Isaac Anaya murió en su casa, donde cumplía arresto domiciliario acusado por crímenes cometidos durante la última dictadura. Junto con el general del Ejército Leopoldo Galtieri y el brigadier Arturo Lami Dozo integró la Junta Militar, que declaró la guerra a Inglaterra por las Islas Malvinas. Acusados por su "negligencia" durante ese conflicto bélico, los tres fueron destituidos y condenados a 12 años de prisión a mediados de los ochenta.
Jueves 10 de enero de 2008. A las 5 de la mañana llegó a las islas Malvinas el velero argentino Galileo, con Carlos Giovanazzi y Victoria del Vacchio a bordo, la segunda tripulación de una embarcación a vela argentina que desembarca en las islas en los últimos 25 años.
Jueves 21 de febrero de 2008 Tras la reunión de tres días de 30 cancilleres de países de América del Sur y de la Liga Arabe, los ministros de Relaciones Exteriores hicieron pública una declaración en la que convocaron a la Argentina y el Reino Unido a reanudar las negociaciones para encontrar "una solución justa, pacífica y duradera" en la disputa por la soberanía de las Islas Malvinas. El pedido fue formulado en uno de los puntos de la denominada "Declaración de Buenos Aires", tras concluir hoy el encuentro en el Palacio San Martín de la Cancillería Argentina. "La inclusión de las Islas Malvinas como territorio asociado a Europa de acuerdo al tratado de la Unión Europea no resulta compatible con la existencia de una disputa de soberanía" sobre las islas, indicaron.
Sábado 7 de marzo de 2008 En una ceremonia con honores militares, los familiares del primer teniente Jorge Casco, fallecido durante la guerra en el Atlántico Sur, dieron sepultura a sus restos en el cementerio de Darwin, tras haber sido trasladados desde Buenos Aires en un vuelo especial a las islas Malvinas. En rigor, los restos de Casco fueron descubiertos en mayo de 2008 por la policía de las Malvinas, que, luego de un pedido de disculpas formal a la Argentina por tantos años sin haberlos devuelto a sus seres queridos, los entregó y posibilitó su regreso a Darwin. Casco falleció cuando su avión Skyhawk A4-C se precipitó en las proximidades de la isla Jason, el 9 de mayo de 1982.
Martes 11 de marzo de 2008. Cuatro ex soldados desplegaron una bandera frente al cementerio de guerra de Darwin. Hace un año, un episodio similar provocó un roce con el consejo de gobierno del archipiélago, desde donde se analizó la idea de prohibir las visitas de ex soldados y familiares.
Martes 11 de marzo. El canciller Jorge Taiana renovó ante los familiares de los caídos en las Malvinas el compromiso del Gobierno para hacer gestiones ante el Reino Unido con el propósito de concretar un viaje por vía aérea a las islas.
Sábado 15 de marzo de 2008. La Argentina lanzaría en abril una campaña para delimitar su plataforma continental exterior. Antes de mayo de 2009, todos los países deben presentar en la ONU los informes técnicos que avalen los pedidos de aumentar de 200 a 350 millas náuticas las zonas de uso económico exclusivo del suelo y subsuelo marítimo. Y la etapa final del trabajo argentino llevará la investigación a aguas en litigio: el buque oceanográfico Puerto Deseado explorará durante dos meses una región desde el norte de las islas Malvinas hasta las islas Georgias. Fuentes que conocen el movimiento marítimo aseguran que los navíos oficiales argentinos no pasan por esa región, para no dar motivos a incidentes diplomáticos con el Reino Unido. En 2006, hubo una excepción a esa norma no escrita y tuvo como consecuencia una controversia entre Buenos Aires y Londres por la navegación del rompehielos Irízar dentro del área considerada por los británicos como de uso económico exclusivo del gobierno malvinense. En septiembre del año último, la Cancillería protestó al trascender un trabajo similar realizado por Gran Bretaña. La orden del canciller Jorge Taiana fue entonces acelerar la investigación argentina, para incluir en la presentación ante las Naciones Unidas la zona en disputa con el Reino Unido.
Miércoles 2 de abril de 2008. Un grupo de ex combatientes, realizó desde el archipiélago un reclamo al Gobierno para que, a 26 años del conflicto bélico, sean identificados los soldados que, desde el final de las acciones, se encuentran inhumados en el lugar. En el cementerio de guerra argentino, ubicado en el istmo Darwin-Goose Green, existen, de acuerdo con datos oficiales, 230 tumbas de soldados argentinos caídos en combate. Sin embargo, sólo 120 figuran con sus nombres, el resto no fue identificado y yace bajo la leyenda "soldado argentino sólo conocido por Dios". Además, otros ocho cadáveres se encuentran depositados en dos fosas comunes.
Viernes 4 de abril de 2008. "Existe una deuda social en la que todos debemos sentirnos corresponsables y es la deuda con los sobrevivientes [de la Guerra de las Malvinas]", expresó el arzobispo de Buenos Aires y presidente del Episcopado, cardenal Jorge Bergoglio, en un mensaje escrito especialmente al cumplirse 26 años del conflicto bélico. El mensaje fue leído en la misa oficiada por el rector de la Catedral, padre Jorge Junor, y es el primero que el cardenal Bergoglio dedica a los caídos en las Malvinas.
Martes 30 abril de 2008. El gobierno de Cristina Kirchner presentó un reclamo formal al Reino Unido por lo que denominó una "ilegítima apertura de la ronda de licencias" convocada por el Reino Unido el 18 de abril para realizar actividades hidrocarburíferas en áreas marítimas al norte de las islas Malvinas, sujetas a la disputa de soberanía.
Sábado 7 de junio de 2008. La Argentina presentará en mayo próximo ante la Convención de los Derechos del Mar de las Naciones Unidas los estudios científicos que le permitirán ampliar su actual soberanía marítima de 200 millas de la costa a casi 350 millas, menos la zona circundante a las islas Malvinas porque está en conflicto con el Reino Unido. Así lo confirmó el Ministerio de Defensa, al anunciar el fin del relevamiento marítimo del último tramo del Mar Argentino efectuado por el buque Puerto Deseado, que está al servicio de la Dirección de Hidrografía Naval. La nave cumplió tareas en la zona más austral del país durante 40 días, de las cuales 16 fueron de temporales muy fuertes. Una vez que el organismo de las Naciones Unidas lo autorice, la Argentina pasará de sus actuales 2.780.092 kilómetros cuadrados de superficie total -entre continente y mar- a aproximadamente 4.200.000 kilómetros cuadrados porque unos 1.400.000 corresponderán a la nueva área marítima. Eso significará que nuestro país pasará a tener casi más soberanía en el agua que en la tierra.
Jueves 19 de junio de 2008. El Consejo Federal de Pesca prohibió la actividad pesquera en aguas nacionales al sur de las islas Malvinas y al este de la Isla de los Estados, en un banco denominado Burwood. El motivo de la prohibición "total y permanente" fue la necesidad de preservar la biodiversidad que hay en esa zona, según se informó.
Viernes 3 de octubre de 2008. La publicación de una revista del Ministerio de Defensa produjo una polémica por el error detectado en una infografía: las islas Malvinas fueron denominadas también Falkland Islands, con una frase en inglés entre paréntesis en la que se indica que es territorio reclamado por la Argentina, mientras que aparece como capital Port Stanley, en lugar de Puerto Argentino. En el Ministerio de Defensa se explicó que "hubo un error en la diagramación y se bajó un mapa de Internet". También se informó que "al descubrirse el error se ordenó frenar la impresión del material y colocar la correspondiente denominación de islas Malvinas". Fueron 200 ejemplares, de una tirada de 5000, los que mantuvieron la falla inicial. El mapa aparece en la página 9 del N° 2 de la Revista de la Defensa.
Jueves 6 de noviembre de 2008. El conflicto alrededor de la soberanía de las Malvinas entre la Argentina y el Reino Unido volvió a endurecerse tras la aprobación de una nueva Constitución acordada por el país europeo para las islas. A través de una nota de protesta entregada en la Embajada Británica, la Cancillería argentina afirmó hoy que la nueva Constitución acordada por el Reino Unido para las Islas Malvinas "constituye otro desconocimiento" de las resoluciones de las Naciones Unidas y "una nueva violación al espíritu de los entendimientos" destinados a crear un "ambiente propicio para la reanudación de las negociaciones sobre soberanía". La nota de protesta afirma que "este acto unilateral británico constituye, en particular, una nueva y abierta violación de la Resolución 31/49 adoptada en 1976 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que insta a las dos partes en la disputa (la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte) a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales". Entre otras modificaciones esta Constitución introduce cambios en el estatus de los habitantes del archipiélago (que conlleva el derecho de voto y permite adquirir propiedades), de manera que las referencias a "ciudadanos de la Commonwealth" se sustituye por la de "ciudadanos británicos".
Miércoles 10 de diciembre de 2008. Las petroleras YPF, Petrobras y Pan American Energy suscribieron una serie de acuerdos de exploración conjunta off shore en la cuenca del Golfo San Jorge, de la cuenca Malvinas y en el litoral del Atlántico Sur, con una inversión prevista en más de 220 millones de dólares, según informaron las empresas por medio de un comunicado. En concreto se tratará de la perforación de cuatro pozos, en el período 2008-2009, con una inversión aproximada de 120 millones de dólares.

Enviado por Mario Flores Monje

Anexo Cuestión Malvinas en Política Exterior

LA CUESTIÓN MALVINAS
1945 - 1982

UBICACIÓN GEOGRÁFICA Y CARACTERÍSTICAS DEL ARCHIPIÉLAGO


El archipiélago de las Malvinas emerge en medio de la plataforma continental submarina situada en el océano Atlántico austral, el cual se encuentra ubicado a unos 500 kilómetros del estrecho de Magallanes y a 550 kilómetros de la costa patagónica a la latitud de Rio Gallegos. Se hallan localizadas en el sector del Mar Argentino, comprendido entre los paralelos de 50 grados 58 minutos y 52 grados 56 minutos de latitud Sur y los meridianos de 57 grados 42 minutos y 61 grados 26 minutos de longitud Oeste de Greenwich, aproximadamente. Lo integran dos islas mayores: Gran Malvina y Soledad encontrándose en esta última asentada la localidad más importante del archipiélago: Puerto Argentino. Además la componen más de 200 islotes de extensión menor entre las que se destacan las de Trinidad, de Borbón, Sebaldes, San José y San Rafael próximas a la Gran Malvina y Bougainville, Aguila, Jorge y de los Leones Marino, situadas en las cercanías de la isla Soledad. Ambos islotes están separados por el estrecho de San Carlos, la Gran Malvina al occidente y al oriente Soledad. La masa continental posee una superficie de 11.718 kilómetros cuadrados equivalente a poco más de la mitad de la provincia de Tucumán, y su capital es el Puerto Stanley.
En relación a los recursos económicos, tanto la vegetación como la fauna y el resto de las actividades podemos destacar que, en relación a la vegetación y la fauna es muy escasa porque no existen las formas autóctonas, solamente una rica variedad de algas en su plataforma submarina integran la flora natural de las islas, y la fauna que llega a sus costas provienen del continente antártico como descanso en sus migraciones temporarias. El resto de las actividades estan relacionado con el ámbito económico y sus habitantes se dedican a la cría del ovino, siendo lo más destacado y su carne constituye la base de la alimentación, la agricultura sólo está representada por cultivos de avena y cebada en forma limitada. La turba aparece como el combustible clásico que utilizan los isleños, en las costas se desarrolla la producción de alginatos y se explota el krill y otras variedades ictícolas como la actividad pesquera en gran escala, y existen zonas que pueden ser aprovechadas para la obtención de minerales y recursos biológicos, las cuales abren nuevas perspectivas a la economía insular. Se constituye como otra actividad de gran relevancia la producción lanar, efecto de la cría del ovino como se señaló anteriormente.
La plataforma continental submarina comprende el lecho y subsuelo de las zonas submarinas adyacentes al territorio nacional de la República Argentina hasta el mismo borde donde comienza el talud. El cambio brusco de la pendiente indican la iniciación del talud que generalmente se halla entre los 150 y 200 metros de profundidad. El talud continental tiene un ancho que varía entre los 20 y 40 kilómetros y el grado de pendiente puede llegar a más de 45 grados. En su zócalo se extiende la llamada emersión continental zona caracterizada por acumulaciones sedimentarias cuyo ancho varía entre los 100 y 1.000 kilómetros descendiendo suavemente con una superficie llana hasta profundidades de 2.000 a 2.500 metros. Allí se inician los fondos oceánicos o regiones abisales caracterizadas por una topografía muy variada donde alternan profundas gargantas, denominadas fosas, entre montañas y mesetas submarinas.
La profundidad media de esta región abisal es de 3.800 a 4.000 metros alcanzando las fosas profundidades que en algunos lugares cercanos superan los 7.000 metros. Con todo esto se puede tener un amplio panorama de las características y aspectos de las islas, los cuales son desencadenantes para saber el porque de la ocupación del Reino Unido y del legítimo reclamó de la República Argentina.

PLANTEO DE LA CUESTIÓN

Para poder determinar el tema del conflicto es importante establecer un planteo de la cuestión, para la cual es fundamental remitirse al año 1833, más precisamente entre los días 2 y 3 de enero. En dicha fecha fuerzas inglesas desembarcaron en el archipiélago, abordo de la corbeta "Clío", en forma sorpresiva y violenta e intimaron a rendirse a las autoridades establecidas allí. Ante la imposibilidad de enfrentar la agresión por la desproporción de fuerzas, Gran Bretaña ocupó el territorio en nombre de la corona británica, con lo cual todo esto hecho dió comienzo a un conflicto pendiente aún.

* Fundamentación Británica:

Recién en 1834 Gran Bretaña se pronuncia oficialmente sobre los reclamos formulados por las Provincias Unidas del Río de la Plata respecto del conflicto sobre las Islas Malvinas. Por nota del 8 de enero de ese año Lord Palmerston comunica a Manuel Moreno la posición británica alegando la legítima titularidad sobre las Islas en razón de haberlas descubierto y luego ocupado. Al mismo tiempo Palmerston pone de manifiesto el hecho de que esos derechos fueron reconocidos por España a través de las declaraciones del año 1771: Gran Bretaña no estaba dispuesta a reconocer a terceros Estados presuntos títulos derivados de derechos españoles que le fueron oportunamente denegados. Esta toma de posición oficial reitera los fundamentos ya expresados en la nota de protesta enviada al Gobierno de Buenos Aires por el encargado de negocios de Gran Bretaña ante ese gobierno con fecha 19 de noviembre de 1829. A su vez la nota de Lord Palmerston de 1834 fue reelaborada sobre las mismas bases argumentales para sostener, años más tarde, la inexistencia de conflicto alguno sobre las Islas. En este sentido en la nota de Earl de Aberdeen dirigida a Moreno el 15 de febrero de 1842, se expresa que el gobierno británico no puede reconocer a las Provincias Unidas el derecho de alterar un acuerdo concluido 40 años antes de su emancipación, entre Gran Bretaña y España. Respecto de sus derechos sobre las Islas Malvinas el Reino Unido considera este acuerdo como definitivo.

* Fundamentación Argentina:

La República Argentina fundamenta su soberanía sobre las Islas Malvinas en una Sucesión de Estados. Esa sucesión respecto de España se efectiviza y legítima en el derecho a la autodeterminación ejercido en 1810 por las Provincias Unidas del Río de la Plata. El primer interrogante que plantea esta posición se centra en determinar que derechos tenía España sobre las Islas Malvinas que podía transmitir a las Provincias Unidas, a la fecha crítica de 1810 y a la luz del derecho contemporáneo al hecho que provocó la sucesión de Estados.



La Doctrina nacional ha tratado de responder este interrogante alegando que:

- España ocupaba efectivamente a esa fecha las Islas.
- Esa ocupación era la continuación de una primera ocupaciónfrancesa cedida a España en
reconocimiento de sus derechos.
- España había descubierto las islas y sus derechos de ocupación habían sido reconocidos
convencionalmente por terceros Estados.


ANÁLISIS DEL PROBLEMA

* Antecedentes Históricos:

1493 - Por las Bulas Inter Caetera y Dudum si quidem de 1493 y 1494, respectivamente, el Tratado de Tordesillas de 1494 y la ratificación de las Bulas Ea de 1501 y Quae de 1506, se adjudicaba a España, en 1506, todas aquellas islas y tierras firmes descubiertas y por descubrir, con todos sus "dominios, ciudades, fortalezas, lugares, pueblos, derechos y jurisdicciones y pertenencias y concedía completo y libre poder, autoridad y jurisdicción de toda índole que comienza por una raya o línea que pasa desde las islas de las Azores hasta las islas de Cabo Verde, de Septentrion en Austra, de polo a polo por manera, que todo lo que es allende de la dicha línea al Occidente es español". El Tratado de Tordesillas desplazó la línea mencionada a 270 leguas hacia el Oeste, viniendo a quedar a 370 leguas al Occidente del archipiélago de Cabo Verde. En aquella época Gran Bretaña no impugnó ninguno de los documentos citados. Las islas Malvinas quedaban incluidas dentro de la zona mencionada. Por tanto pertenencían a España a pesar de no haber sido aún descubiertas. Sobre su descubrimiento no hay fecha cierta, pero sí que el mismo se debió a navegantes españoles o al servicio de la corona de España, mencionándose como posible aunque discutido a Américo Vespucio en su viaje de 1501/1502.
1520 - Una de las naves de Hernanado de Magallanes probablemente haya descubierto las islas, llevando la noticia a España el piloto Esteban Gómez.
1522 - Las islas son incluidas en un mapa español realizado por 1523 Pedro Reinel y hallado en Estambul. Se siguen incluyendo en la cartografía posterior a saber: el mapa denominado de Weimar en 1527, Carta del Mundo realizada por el español Diego de Ribero en 1529, Islario General de todas las Islas del Mundo del español Alonso de Santa Cruz en 1541 y mapa de Sebastián Gaboto en 1544.
1540 - Es muy probable el descubrimiento de las islas, por la nave "Incógnita" de la expedición española del Obispo de Plasencia cuyo itinerario es comprobado en el Islario de Santa Cruz.
1592 - John Davis, desertor de la segunda expedicción de Tomas Cavendish, afirma aunque es dudoso haber avistado las islas. Posteriormente se constató que la ubicación dada no coincidía con la posición real de las Malvinas.
1594 - Ricardo Hawkins también pretende haberlas descubierto. Sus descripciones extremadamente vagas hacen dudar de que se refieren a las Islas Malvinas. El Comandante B. M. Chambers, geógrafo y marino británico, rechazó la posibilidad del descubrimiento por Hawkins en el volumen 17 (año 1901) de la Revista de la Real Sociedad Geográfica de Londres.
1600 - Sebalt de Weert, holandés, divisa las islas, sin desembarcar. Se considera sin discusión a este viaje, como el primer descubrimiento documentado de las islas.
1616 - Isaac Le Marie y Guillermo Cornelio Schouten, holandeses, avistaron las islas Sebaldinas pertenecientes al archipiélago de las Malvinas.
1684 - El inglés Ambrose Cowley creyó descubrir las islas Malvinas las que en realidad habían sido detectadas por los españoles tiempo atrás y a las que denominó Pepys.
1690 - El inglés Strong llega al hoy denominado Estrecho de San Carlos al que denomina Falkland Sound, en honor del tesorero de la armada, designación que posteriormente los ingleses hacen extensivo a todo el archipiélago.
1698 - A partir de este año los franceses de Saint Maló inician una serie de avistajes y descubrimientos de las islas.
1701 - Uno de los pilotos malwinos llamado Beauchéne Gouin descubre la isla que lleva su nombre.
1721 - Las islas son avistadas por la expedición holandesa de Jacobo Roggeveen.
1732 - Es publicado en París el primer mapa en que aparecen las Malvinas,en forma aproximada a la realidad.
1749 - Gran Bretaña desea fundar un establecimiento en las islas Malvinas, pero ante las advertencias de España desistió del proyecto.
1764 - El conde Antonio Luis de Bougainville llega a la isla Malvina Oriental donde funda Port Saint Louis (Puerto San Luis). Las islas son denominadas Malouines por los habitantes del puerto Saint Maló. Ante la protesta española, Francia reconoce los títulos hispánicos y Bougainville devuelve el Territorio el 2 de Abril de 1767, previo pago de los gastos en que se había incurrido.
1765 - Gran Bretaña envía al capitán John Byron quien llega a la isla Malvina Occidental y desembarca al Norte en el islote llamado Trinidad por los españoles y Saunders por los británicos en el lugar que denominó Puerto Egmont (hoy denominado Puerto de la Cruzada), siguiendo posteriormente su viaje.
1766 - Gran Bretaña envía otra expidición al mando del capitán John Macbride quien se establece en Puerto Egmont. España dicta una Real Cédula el 4 de octubre por la que declara a las islas dependencias de la Capitanía General de Buenos Aires. Se nombra gobernador a Felipe Ruiz Puente.
1768 - El gobernador de Buenos Aires sostiene que ningún establecimiento inglés debía ser tolerado en las regiones pertenecientes a la corona. El Puerto San Luis pasa a denominarse Puerto Soledad.
1770 - Los ingleses son expulsados por los españoles el 10 de junio, quienes efectúan reclamaciones ante la Corte de Madrid.
1771 - A raíz de las negociaciones diplomáticas se llega al acuerdo de que los ingleses podían volver a Puerto Egmont, aclarándose que este acuerdo "no perjudica de modo alguna a la cuestión del derecho anterior de soberanía de las islas Malvinas, por otro de Falkland".
1774 - Los ingleses abandonan Puerto Egmont el 22 de mayo, luego de 8 años de ocupación precaria. Simultáneamente a esta ocupación, España poseía Puerto Soledad y todo el archipiélago. España nombra 18 gobernadores más, de las islas hasta 1811.
1790 - Convención de Nootka Sound. Por ella Gran Bretaña se comprometió a no levantar ningún establecimiento al sur de las costas ocupadas entonces por España. Es asimismo un reconocimiento inglés a la soberanía española sobre las Malvinas.
1810 - Producida la Revolución de Mayo por aplicación del Uti Possidetis Juris (poseerás lo que poseías) las islas pasaron a depender de lo que constituye el territorio de la República Argentina, por herencia de los derechos españoles.
1811 - La Junta de Buenos Aires interviene en problemas administrativos de las islas. Los españoles abandonan las islas dejando una placa que manifiesta el derecho de propiedad del Rey Fernando VII.
1813 - El inglés Henry Tower solicita autorización al Gobierno de Buenos Aires para cazar lobos en las islas.
1820 - El 6 de noviembre la fragata "Heroína" retoma física y formalmente la posesión de las islas para el gobierno argentino.
1823 - Doctrina Monroe. En América no existe "terra nullius" (tierra de nadie) apropialble.
1829 - Por decreto del 10 de junio se establece con claridad los título y la posición de la República Argentina, respecto de las islas y se establece la comandancia Política y Militar de las islas Malvinas y demás adyacentes al Cabo de Hornos, en el Mar Atlántico. Es nombrado Comandante Político y Militar don Luis Vernet, que es el primer gobernador civil y militar argentino de las Malvinas, por el gobernador de Buenos Aires Martín Rodríguez quien reorganizó el gobierno del archipiélago, con residencia en la isla Soledad.
1831 - Marinos norteamericanos desembararon del navio "Lexington" en Puerto Soledad y destruyen instalaciones, lo que origina reclamaciones del Gobierno Argentino.
1832 - La Argentina puebla nuevamente Puerto Soledad y se nombra Comandante interino al Sargento Mayor Francisco Esteban Mestivier; mientras dure la ausencia de Vernet, que se hallaba en Buenos Aires.
1833 - El 2 de enero las fuerzas inglesas desembarcaron de la fragata "Clio" e intiman a Pinedo, quien estaba a cargo de las islas, a rendirse. Ante la imposiblidad de hacer frente a esta agresión, por la desproporción de las fuerzas, Pinedo se rindió pero no arrió el pabellón argentino.
1908 - Gran Bretaña se atribuye unilateralmente el sector británico de las dependencias de las islas Falkland creado por las cartas patentes del 21 de julio de ese año y del 28 de Marzo de 1917 y reorganizado por la orden en Consejo del 26 de febrero de 1962.
1971 - Por una declaración conjunta de ambos países se pone en movimiento una serie de medidas tendientes a sacar al archipiélago del aislamiento, relacionándolo con el resto del mundo y en particular con la Argentina continental. Desde ese entonces nuestro país construyó un aeródromo en Puero Argentino; estableció un servicio aéreo semanal a cargo de LADE (Líneas Aéreas del Estado); cooperó en asistencia sanitaria, educación, técnica, y agricultura; estableció comunicaciones postales, telegráficas y telefónicas entre el continente y las islas; abasteció con combustibles líquidos y gaseosas, etc..
1982 - El 2 de Abril se inicia una nueva etapa de recuperación del territorio insular, por la fuerza que desemboca en conflicto armado.









* Causas Geográficas:

Desde el punto de vista geológico las islas Malvinas pertenecen a la placa americana, presentando una gran similitud con nuestra Patagonia, a la cual han estado vinculadas antes de la fragmentación del Gondwana que dio lugar a la apertura del océano Atlántico Meridional. Prueba de ello son los restos fósiles comunes hallados en ambas áreas. Además se hallan asentadas en el extremo oriental de la plataforma submarina argentina que a esta latitud alcanza un ancho máximo de 800 kilómetros y una profundidad de alrededor de 180 metros. Este aspecto geográfico también contribuye a rearfimar el derecho de soberanía que asiste a la Argentina sobre este archipiélago.
Numerosas son las declaraciones y reconocimientos que en el orden internacional se han efectuado sobre el ejercicio de la soberanía de países ribereños, en la plataforma submarina que les corresponde y que se consignan a continuación:

1945 - El 28 de setiembre el presidente de EEUU. Harry Truman, declaró su decisión de colocar bajo la jurisidiciión y control nacionales los recursos naturales del subsuelo y del lecho marítimo de la plataforma continental. Esto se conoce con la Doctrina Truman.
1946 - México y Estados Unidos de América anexaron a su territoriola plataforma submarina. El 11 de octubre el Gobierno Argentino dictó el Decreto Nro. 14.708 por el cual afirma que el mar epicontinental y la plataforma submarina estaban sujetos a la soberanía de la Nación, sin que ello afecte el derecho de libre navegación.
1953 - La Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas fijó su posición en un proyecto que expresa: "la plataforma submarina está sometida al ejercicio por el estado ribereño de jurisdicción y control con fines de exploración y explotación de sus recursos naturales".
1954 - Décima Conferencia Interamericana de Caracas. Se estableció que "existe una continuidad geológica e integración física entre los territorios continentales e insulares de cada estado y su respectiva plataforma submarina, constituyendo con la tierra adyacente una unidad geográfica".
1958 - La Convención sobre la Plataforma Continental celebrada y aprobada el 29 de abril de 1958 en Ginebra, considera como plataforma continental en el artículo 1ero. "el lecho del mar y el subsuelo de las zonas submarinas adyacentes a las costas pero situadas fuera de la zona del mar territorial, hasta una profundidad de 200 metros o más allá de este límite, hasta donde la profundidad de las aguas suprayacentes permita la explotación de los recursos naturales de dichas zonas". Por Ley Nacional Nro. 14.773 se declara la soberanía argentina sobre la plataforma submarina e imprescriptibles e inalienables sus hidrocarburos sólidos, líquidos y gaseosos.
1966 - Con respecto a la plataforma continental cabe citar el Artículo 2do. de la Ley 17.094 del 29 de diciembre de 1966 que dice: "La soberanía de la Nación Argentina se extiende asimismo al lecho del mar y al subsuelo de las zonas adyacentes a su territorio hasta una profundidad de 200 metros o, más allá de este límite, hasta donde la profundidad de las aguas suprayacentes permita la explotación de los recursos naturales de dichas zonas."




* Gestiones Jurídicas:

A partir del 3 de enero de 1833 el gobierno argentino ha efectuado sucesivas reclamaciones diplomáticas al gobierno británico, a las que se deben sumar las presentadas a distintos Organismos Internacionales de las cuales se citan las principales.
El 22 de enero de 1833 se inicia una sucesión de notas y petitorios ante el gobierno británico que sólo recibieron simples acuses de recibo como respuesta.

1945 - Al crearse la Organización de las Naciones Unidas se reiteran por su intermedio las reclamaciones, reafirmando la Argentina su derecho en las islas Malvinas.
1960 - En la XV Asamblea General de las Naciones Unidas con la idea de poner fin al colonialismo se emite la Resolución 1514 denominada "Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales".
1961 - A través de la Resolución 1654 la XVI Asamblea estableció un Comité Especial de 17 miembros que luego es ampliado a 24, denominado "Comité de los 24" o "Comité Especial de los 24" sobre el que recae la responsabilidad de los territorios dependientes.
Para las Naciones Unidas las islas Malvinas constituyen un territorio no autónomo incluido en los artículo 73 y 74 de la Carta de la Organización, siendo asignado su estudio al Subcomité III.
1964 - El 13 de Noviembre el Comité Especial aprobó el informe del Subcomité III en el cual se adopta la doble nomenclatura para designar a las islas en los documentos oficiales de la O.N.U. En español "Malvinas (Falkland)", en inglés "Falkland (Malvinas)". Asimismo se invita a los gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a entablar negociaciones.
1965 - El 20 de setiembre la Cancillería Argentina invita al gobierno británico de acuerdo a lo sugerido por el Comité de los 24 a entablar negociaciones. El Reino Unido responde el 4 de noviembre restringiendo las negociaciones, al excluir de la discusión el tema de la Soberanía. El 16 de diciembre la XX Asamblea General aprueba la resolución 2065 por la cual se INVITA a los gobiernos de ambos países a PROSEGUIR SIN DEMORA LAS NEGOCIACIONES RECOMENDADAS POR EL COMITE ESPECIAL.
1966 - Gran Bretaña acepta la validez de la Resolución 2065 (XX) pese a su anterior abstención y consiente efectuar negociaciones con la República Argentina sobre el tenor de dicha resolución.
1969 - La Asamblea General de acuerdo al voto unánime de sus miembros VOLVIO A EXHORTAR a dichos países a hallar una solución.
1973 - Por Resolución Nro. 3160 LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS VUELVE A EXHORTAR A AMBOS GOBIERNOS A RESOLVER CUANTO ANTES EL LITIGIO.
1975 - El Reino Unido vuelve a negarse a negociar sobre soberanía. Comunicado de la Cancillería Argentina señala: que la misión Shackleton ampliamente publicitada en Londres no sería bien recibida por el Gobierno Argentino.






1976 - El Reino Unido califica de estéril la disputa sobre soberanía. A fines del mes de enero se procede al retiro de embajadores de ambos países. El Comité Jurídico Interamericano, de la Organización de Estados Americanos (OEA) reconoció a la Argentina "el inobjetable derecho de soberanía sobre las islas Malvinas", declaración que hizo suya la Asamblea General del organismo continental.
1977 - Se establecen los términos de referencia dados a conocer en el comunicado conjunto del 26 de abril de 1977 que regirán las futuras negociaciones. El Reino Unido acepta en un documento, por primera vez, que la negociación incluye soberanía. Ronda de negociaciones argentino-británicas para tratar relaciones políticas incluidas la soberanía y la cooperación económica.
1978 - Grupos de trabajo sobre los mismos temas funcionan por separado.
1979 – Se realizan anualmente Rondas de Negociaciones argentino-británicas.
1982 - A partir del 2 de abril la República Argentina mantiene, ante distintos foros internacionales, los derechos de soberanía que la asisten sobre el archipiélago malvinense. Se produce el conflicto bélico, el cual es contraproducente para la política exterior del gobierno argentino, pues debilitó su posición en el marco internacional como así también se desarrolló un lógico distanciamiento entre ambos Estados, perjudicando todo tipo de negociación. Pero desde 1982 en adelante, los gobernantes argentinos, en una forma u otra quieren ganarle a los tiempos en su vértigo para ser los héroes de las Malvinas.

Miguel Angel Rizza
Mgter. en Relaciones Internacionales
Lic. en Ciencia Política

LA CUESTIÓN MALVINAS EN LA POLÍTICA EXTERIOR


LA CUESTIÓN MALVINAS EN LA POLÍTICA EXTERIOR

Ha tenido mucho auge, y tiene aún, la tesis según la cual la política exterior de los Estados es una “política de poder“. Esta política de poder, que los anglosajones llaman “power politics” y los alemanes “reelpolitik”, ha inspirado la acción de muchos dirigentes políticos y el pensamiento de algunos brillantes expositores, entre los cuales sobresalen los nombres de George Schwarzemberger y Hans Morgenthau. Para este último autor, la política de poder “es un sistema de relaciones internacionales en que los Estados se consideran a sí mismos como fines últimos; emplean los medios más efectivos a su disposición y son medidos por su peso en caso de conflicto”. Por su parte Schwarzemberger agrega, que cuando ese mismo sistema funciona bajo el manto de móviles supuestamente desinteresados, se está en presencia de una “política de poder disfrazada”. Para esta escuela, llamada “realista”, la política de poder ha sido un rasgo constante de las relaciones internacionales a través de las épocas. Para ella lo único que cuenta es el poder, y todo lo demás no es sino disfraz y cobertura, simulación y engaño. Digan lo que digan los gobernantes, cuando un Estado actúa en el orden internacional lo hace con la finalidad última de conseguir más poder. Morgenthau acentúa aun más este concepto afirmando que “el interés nacional se define como poder”. La falta principal fue que advertimos en la escuela realista es que no es suficientemente realista. Percibe con claridad un aspecto importante de la realidad cual es la inseparable unión entre poder y política, pero olvida que hay muchos otros elementos que integran también esa realidad. Richard W. Sterling, en su obra “Macropolitics: International Relations in a Global Society”, Nueva York, 1973, hace un lúcido análisis del papel que desempeña el poder en las relaciones internacionales.
El poder es un elemento esencial de la política y, por ende, de la política internacional. En muchos casos también, el logro de más poder es un objetivo de la política exterior de los Estados. Pero es inexacto que la única apetencia de los Estados en el plano internacional sea el poder y que toda acción que manifieste otra finalidad sea “política de poder disfrazada”. Una observación objetiva de los hechos demuestra que no es el poder la única finalidad que mueve a los Estados en sus relaciones internacionales. Es verdad que en algunas ocasiones los Estados procuran el poder por el poder mismo, de la misma manera que el avaro de Molière atesoraba sus monedas de oro, no para proveerse con ellas de bienes sino para gozarse en su posesión. Pero éstos son casos anómalos y, por tanto, excepcionales. Lo normal es que los Estados busquen el poder para hacer algo con él, algo que trascienda al poder mismo. En ese sentido, el poder sería un fin inmediato para el logro de fines mediatos. Las cosas que pueden hacerse con el poder son las que constituyen los verdaderos objetivos de la política exterior.
John G. Stoessinger ha hecho una crítica muy aguda, y por cierto muy exacta, a la tesis de la escuela realista en su libro “The Might of Nations”, Nueva York, 1966; donde se puede sintetizar algunas de sus afirmaciones:

“Sostener que toda política sea prosecusión del poder constituye una
exageración por varios motivos. En primer lugar, la creencia firme en un ideal
superior al que se erige como objetivo de la política exterior apresura su
realización y se convierte, así, en un factor de poder.
En segundo lugar, afirmar que el poder es el único objetivo de la política exterior
supone partir de la falsa premisa de que todos los temas
de la política internacional son competitivos y requieren lucha.
Hay algunos objetivos que son absolutos, es decir, que pueden procurarse
sin necesidad de pugna con otros países. Hay otros, finalmente, que son
concurrentes, o sea que pueden obtenerse en colaboración con ellos”.

Es evidente, como dice Sterling, que el poder tiene propensión a volverse un fin en sí mismo, sobre todo en política internacional. Ello obedece a la vinculación excesiva que se ha hecho entre el poder y la coerción, o sea la fuerza empleada para doblegar la voluntad ajena. Una redefinición de poder que ponga el acento en el influjo más que en la fuerza, contribuirá a fijar con más precisión su papel entre los objetivos de la política exterior.

La seguridad en un mundo de unidades políticas soberanas, dice Raymond Aron, puede fundarse sobre la propia fuerza o sobre la debilidad de los eventuales rivales. La principal preocupación de los Estados debería, por tanto, consistir en aumentar su vigor procurando debilitar el de sus potenciales adversarios. Esta fórmula de Aron no debería ser tomada al pie de la letra porque resultaría, en ese caso, inadecuada y contraproducente.
Primeramente, aumentar la propia fuerza no equivale necesariamente a incrementar el potencial ofensivo. Así, un Estado que se armara por encima de sus necesidades ostensibles podría provocar recelos que se traducirían fácilmente en hostilidad y que a su vez generarían coaliciones en su contra. Las políticas armamentistas que no guarden relación con el poder real de los Estados y no que no se vean acompañadas por un hábil manejo de las relaciones internacionales pueden representar graves riesgos para los Estados que las emprenden.
Supletoriamente, “debilitar al adversario” no necesariamente significa destruir o reducir su fuerza material. Hay una manera más eficaz y menos peligrosa de limitar los efectos nocivos del poder ajeno, y es desarmarlo moralmente. Ese poder es peligroso para un país en la medida en que está potencialmente dirigido contra él, pero deja de serlo si no se propone agredirlo. Por eso “mojar la pólvora de los cañones que pueden disparar contra nosotros” es una regla de muy sabia aplicación en el campo de las relaciones internacionales.
La política exterior es un linkage (concepto remitido al principio de efectividad) particular: es el producto (output) de un sistema dirigido a tener de cualquier manera efecto sobre otro sistema (ambiente). Y sólo es una aparente excepción a esta definición el caso de una política exterior elaborada en efecto para tener reflejos sobre el sistema interno.
De allí se deriva que debe considerarse a la política exterior, como también el conjunto de actividades de origen privado orientado a provocar efectos sobre los sistemas externos. Esto es de particular importancia para el análisis empírico, si no quieren perderse de vista los efectos cada vez más relevantes de los llamados factores horizontales (transnacionales) en las relaciones internacionales.
En general los países son muy reacios a entregar a otros Estados, al menos en forma voluntaria, los territorios bajo su posesión que son reclamados por otros Estados. Como excepción cabe recordar tres casos de retrocesión efectuados por Gran Bretaña: el primero fue el de las Islas del Mar Egeo a Grecia a mediados del siglo XIX; el segundo el de la Isla Heligoland a Alemania en 1890 y el tercero de una vasta extensión del Jubaland, en la frontera entre Libia y Sudán, en 1925. Si bien es verdad que este último caso se trataba de una superficie desértica y carente, en aquella época, de valor económico o político.
El país que lucha por la existencia y por la integridad territorial de sus territorios pone mucha mayor energía en la defensa de ese objetivo que la que puede ponerse en la procura de cualquier otro. Por eso el Estado que atenta, en esta materia, contra el derecho ajeno, debe esperar una enconada resistencia y saber que siembra odios perdurables que algún día pueden serles nefastos.
La política de restitución o de “revancha – revanchismo”, es el objetivo de conservación en cuanto propone reestablecer un ordenamiento que juzga arbitrariamente modificado. Es, por otra parte, objetivo de expansión en cuanto procura la alteración, en provecho propio, del estado de cosas existente (también se conoce a este tipo de política exterior el retorno al status anterior). La ubicación de los objetivos de restitución y de desquite no es, por ello, susceptible de ser hecha de acuerdo a criterios objetivos; depende de los méritos de cada caso.
La voluntad argentina por recuperar posesión efectiva de las Islas Malvinas es, sin duda, un objetivo de conservación por cuanto la tenencia del Archipiélago por parte de los ingleses no se basa en un título jurídico formalmente registrado sino en un acto de pura fuerza que el gobierno argentino permanentemente condenó como un atropello incapaz de generar los efectos legales válidos.






La primera condición para poder realizar los objetivos de la política exterior es que esa política esté regida por la inteligencia e impulsada por la voluntad. La inteligencia debe ser clara y la voluntad firme, y ambas deben estar acompañadas por la creatividad, la seriedad, lenguaje, tacto, sentido de la oportunidad, persuasión, persistencia y la credibilidad. Sin el concurso de estas condiciones del espíritu, no es posible elaborar una política exterior auténtica.
El primado de la razón (que es la inteligencia en cuanto discursiva) supone una visión exacta de la realidad tal cual es. El primer deber de los gobernantes cuando trazan y persiguen objetivos de política exterior es eludir las ilusiones y los optimismos exagerados. Una visión realista de la política internacional obliga, como consecuencia, a actuar con mesura. Hay horas cruciales en la vida de los pueblos en las cuales no cabe más remedio que jugar el todo por el todo y afrontar las consecuencias. Pero aun en estos casos excepcionales y extremos conviene dejar una puerta abierta a las soluciones pacíficas. Hay que dejar, al menos, una puerta entreabierta para que pueda salir, sin mengua de su decoro, el eventual adversario. Por el contrario, nada más perjudicial para el logro de los objetivos de la política exterior que las actitudes temperamentales y el predominio de la pasión.
La preponderancia de la inteligencia en las relaciones internacionales no significa la abolición de los sentimientos. La permanente frialdad, las actitudes sistemáticamente calculistas tampoco son convenientes, sobre todo en la era de las masas. Es necesario que la prosecución de los objetivos de la política exterior sea revestida, con la debida moderación, de contornos emocionales. Hoy es necesario contar con el apoyo popular para llevar adelante cualquier plan político, tanto en el orden interno como en el internacional. La política exterior de los Estados no debe ser dictada a los gobernantes por la multitud, pero los conductores deben comunicarla al pueblo para que éste la haga suya.
Los objetivos de la política exterior deben ser formulados con la ayuda de la imaginación para que sean alcanzables. La imaginación supone percibir lo que es aparentemente invisible y prever el futuro colocándose en situaciones aun no producidas. Significa advertir con anticipación las consecuencias y los resultados de los actos propios y ajenos. Uno de los políticos más imaginativos fue el general de Gaulle porque supo ver con más claridad el futuro que la mayoría de sus contemporáneos, afrontando más de una vez el consenso adverso de la opinión pública. El surgimiento del movimiento de liberación por él encabezado contra la ocupación alemana de Francia en 1940 y la concesión de la independencia de Argelia cuando las fuerzas de ocupación no habían sido militarmente derrotadas parecieron, en un comienzo, actitudes inconsultas. Sin embargo, los hechos confirmaron el acierto del conductor.
Aparte de la inteligencia, la consecución de los objetivos de política exterior exige una inquebrantable fuerza de voluntad. Frente a cada coyuntura particular, los gobernantes no deben dejarse abatir por las circunstancias adversas ni impresionar por las contingencias efímeras.
Cuando la tenacidad en la consecución de dichos objetivos no es sólo virtud individual de determinados gobernantes sino reflejo del carácter de un pueblo, se da otra condición para lograr los objetivos de política exterior que es la continuidad. Acerca de este requisito basta decir que constituye la piedra de toque de la conducción de las relaciones internacionales ya que sin ella no hay objetivo alcanzable, por modesto que sea.
Los intereses y recursos tanto ideales, materiales o económicos como estratégicos y alianzas externas por parte de ambos estados estarán sin duda influidas decisivamente por la valoración de ser o no concordantes y compatibles con el logro del objetivo más preciado por la dignidad y el honor de los dos pueblos.
En el curso de las numerosísimas negociaciones, conversaciones y gestiones, formales o menos formales, públicas o secretas, que argentinos y británicos han mantenido durante largos años se han explorado, propuesto y rechazado múltiples fórmulas o medios que intentaron abrir un camino a la solución de un problema que ya lleva más de un siglo y medio de vida. Algunas de estas propuestas fueron negociadas durante meses y su texto fue acordado minuciosamente; otras ideas en cambio nunca fueron objeto de una negociación a fondo.




Sin embargo, la realidad jamás pudo desmentir un sentimiento siempre presente en el espíritu de los argentinos: la sospecha de que los británicos no estaban sinceramente dispuestos a devolver las islas a la Argentina. En lo que concierne a los británicos, quizás ellos nunca pensaron en que era posible negociar la soberanía de esas "islas de la Corona" y las negociaciones o conversaciones eran solamente recursos dilatorios.
Es evidente que los delegados y representantes del Reino Unido han carecido de una auténtica voluntad política de negociar. Las Malvinas y demás islas ocupadas por Gran Bretaña constituirán uno de los capítulos decisivos en y dentro de la historia de la política argentina.
La política exterior argentina en torno a la cuestión de las Islas Malvinas, buscó la conducción de las relaciones internacionales a través la negociación. El método mediante el cual estas relaciones fueron reguladas y mantenidas por embajadores y enviados, tenían como objetivo servirse de medios para dirimir la controversia. La diplomacia argentina enfatizó en lograr un consenso que denote la existencia de un acuerdo dado, relativo a principios, valores, normas, también respecto de la desiderabilidad de ciertos objetivos de la comunidad y de los medios aptos para conseguirlo. El consenso reclamado se evidencia, por tanto, en la existencia de creencias que son más o menos ampliamente compartidas por los miembros de la sociedad interna y de la comunidad internacional.
El principal inconveniente que sufrió la política exterior argentina fue no poseer una línea estable ni continuidad, para que la misma sea formulada con autoridad y eficacia, más allá del diálogo. Cuando el resto de los Estados advierten esto, las palabras y actos de sus gobernantes dejan de merecer respeto. El gobierno argentino, se movió al azar de los acontecimientos y sobre todo a los avatares de la política interna, resultando una política exterior pendular. En países como la República Argentina, lo normal es que cuando cambian los gobiernos, los criterios de política exterior se modifiquen y las autoridades entrantes se preocupen por hacer todo lo contrario de lo que hicieron las autoridades salientes. Aquí se puede observar que no existe una larga tradición de vida internacional, o lo que si existe es una escasa gravitación en política internacional, por lo cual la Argentina se ha manejado de acuerdo con las circunstancias y por ello nunca ha perseguido un objetivo definido.
El concepto fundamental del que se debe partir, como señala Kant, es que si la soberanía o sea la tendencia al monopolio de la fuerza, es el poder que garantiza en última instancia la eficacia de una ordenación jurídica, y es pues la garantía del mantenimiento de relaciones pacíficas dentro del Estado, ésta es por otro lado la causa de la guerra en las relaciones entre los Estados. Y en otro orden de cosas, en la formulación de la política exterior debe privar la razón sobre las pasiones porque la política exterior exige inteligencia todavía más que poder. Pero eso no significa necesariamente que el estilo de una política exterior deba necesariamente ser frío. Una dosis razonable de emoción y de sentimientos vigoriza la posición internacional de un país y le otorga un importante respaldo dentro de su propio pueblo.
Las condiciones en que se desenvolvía la diplomacia con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial, impedían que un país de escaso peso político en el escenario internacional como la Argentina, pudiese influir sobre una gran potencia como el Reino Unido en una disputa con ella. Las cosas cambiaron después de aquella guerra con la consagración del multilateralismo como una nueva forma de expresión de la política internacional. Especialmente la crearse las Naciones Unidas, un tema suceptible de provocar el interés de la comunidad de naciones que estuviese relacionado con los propósitos y principios de la Carta, tenía la posibilidad de ser llevado a la consideración y debate del organismo internacional. En tales condiciones, nuestra diplomacia, que con coherencia había mantenido el reclamo ante Londres desde que los británicos se apoderaron de las islas en 1833, recibía el rechazo invariable del Foreign Office al contestar que el gobierno de Su Majestad nunca había dudado de sus derechos sobre ellas, negándose siempre, por consiguiente, a tratar el tema. En la práctica, era como un diálogo de sordos sin posibilidad de iniciativas que desbloqueen la situación.



A partir de julio de 1966 Argentina y Gran Bretaña negociaron sobre la cuestión Malvinas, en cumplimiento de una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Poco más de tres años después ambos países decidieron, dentro del marco general de esas negociaciones, celebrar conversaciones especiales (que fueron en realidad verdaderas negociaciones) en vistas al establecimiento de comunicaciones entre la Argentina continental y las Islas Malvinas.
En los primeros meses de 1968 los negociadores habían logrado acordar el texto de un documento que debía ser sometido a ambos gobiernos y que se conoce como “Memorándum de Entedimiento”. En él se reconocía que el objetivo común era solucionar la disputa de soberanía con el debido respeto de los intereses de los isleños; como parte de la solución definitiva se reconocería la soberanía argentina sobre las islas; se promovería la libertad de movimiento entre el territorio continental y las islas; y se continuaría negociando para establecer salvaguardias y garantías para los habitantes. El Consejo Ejecutivo de las islas conoció una versión preliminar del documento. Los miembros no oficiales del Consejo se dirigieron a los miembros del Parlamento británico, donde la cuestión fue debatida y tomó estado público. Durante los debates, los parlamentarios plantearon varias cuestiones en relación con las islas, con la disputa de soberanía y las negociaciones bilaterales. Se argumentó que la Resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de Naciones Unidas violaba el artículo 2, párrafo 7 de la Carta e implicaba una intervención de las cuestiones internas; se insistió en la legitimidad de los títulos británicos; en el deber de respetar los deseos de los isleños mediante la aplicación del principio de libre determinación, teniendo en cuenta su voluntad de continuar bajo la soberanía del Reino Unido; que se trataba de una población británica; que debían reivindicarse los derechos sobre la plataforma continental de las islas; que era necesario establecer una zona de pesca de 200 millas; y finalmente el interés británico en las dependencias antárticas y sus recursos minerales. Dichas conversaciones para las posiciones de los países, respecto de la soberanía sobre las Islas Malvinas, fueron diametralmente opuestas, como bien es sabido.
La diplomacia multilateral demanda y reclama a los representantes que la ejercen una gran experiencia en el manejo de las técnicas parlamentarias pues la acción que se desarrolla en las conferencias y en los organismos internacionales se asemeja mucho a la de los Parlamentos. La elaboración de mociones y de proyectos de resolución, la labor persuasiva que debe cumplirse entre bambalinas, la captación de apoyo para el logro de las mayorías requeridas, la capacidad de dar a los propios puntos de vista una formulación que no choque con los sentimientos dominantes, todo este conjunto de procedimientos usuales en las reuniones internacionales tiene gran semejanza con la técnica habitual de los Cuerpos Legislativos.
Para los Estados de poderío reducido, la diplomacia multilateral ofrece la gran ventaja de contrarrestar parcialmente la diferencia que los separa de los más poderosos haciendo un frente común en los temas que afectan sus intereses vitales, mediante la baja de las asimetrías que existen entre estos Estados y obteniendo un margen de maniobra mucho mayor. Esto no es, por supuesto, posible cuando el pequeño debe enfrentarse a solas con el grande.
Al mismo tiempo, permite recoger el consenso de un grupo más o menos grande de países y, en ciertos casos, de toda la Comunidad Internacional respecto de asuntos de gran importancia.
Esta diplomacia multilateral, es la forma más habitual a que hoy se recurre para resolver los conflictos, mediante la intervención de terceros, consiste en la actuación de los organismos internacionales que tiene entre sus objetivos el de asegurar la paz y las buenas relaciones entre los Estados. Esta actuación está aceptada por los Estados miembros desde el momento en que ratificaron los instrumentos constitutivos de las entidades. Pero los organismos internacionales, están, también, facultados para actuar aún en el supuesto de que algunos de los contendientes en un conflicto internacional no sea de la parte del organismo.
En este caso, como es obvio, los países no están obligados a acatar las decisiones de los organismos actuantes, pero son pasibles de sanciones si realizan actos que pongan en peligro la paz. Dado la actuación de los organismos internacionales, sean mundiales o regionales, para resolver los conflictos entre los Estados constituye el aspecto más importante de su labor.



Tal vez se llegue a la conclusión de que se trata de instituciones que reflejan pero no dan forma a las realidades políticas del sistema internacional, evolucionan cuando evoluciona el consenso político y la cooperación, y sufren un retroceso cuando se producen desacuerdos y conflictos políticos. Reflejan bien la medida en que las grandes potencias del sistema internacional se consideran a sí mismas socios privilegiados en una gran empresa global. Parecería que estuviera naciendo un compromiso político entre los más importantes centros de poder del mundo y en la medida en que este compromiso se concrete, se puede predecir que en un sistema interdependiente cada vez más tecnológico, el sistema de las organizaciones internacionales seguirá creciendo en tamaño, radio de acción e importancia (tal es el caso de Naciones Unidas). Los riesgos son grandes, en rigor, se está arriesgando la supervivencia global.
En función al principio de libre determinación, es importante señalar que, la pérdida de la libre determinación puede ser el resultado de un acto jurídico a través del cual el Estado renuncia en forma aparentemente voluntaria a una parte de sus derechos soberanos a favor de otro Estado y se convierte así en “protectorado”.
Para no caer en la retórica del “entreguismo”, de la “factoría” o de otras expresiones de signo tendencioso, conviene distinguir claramente lo que constituye una relación de dependencia inevitablemente impuesta por los hechos de aquéllas que derivan de la voluntad de absorción de un Estado sobre otros. Cuando un país sólo posee uno o muy pocos productos de exportación y sólo tiene un comprador, la relación de dependencia que de este modo se establece es prácticamente ineludible. Tan sólo un esfuerzo lento y tenaz de diversificación de sus producciones y de búsqueda de nuevos mercados puede liberar de esa dependencia. Pero existen casos en que la pérdida de la libre determinación no deriva de la naturaleza de las cosas sino de la propensión dominadora de algunos o de la debilidad (y a veces de la propensión servil) de otros.
Como es sabido el imperialismo es la institucionalización más notoria del sistema de relaciones internacionales basado en la dependencia. La preservación de la libre determinación incluye el respeto ajeno por la política exterior de cada país y por las actitudes que asume en materia internacional. Esta regla es lo que se conoce con el nombre de "principio de no intervención” en los asuntos externos de los Estados, principio que también se aplica a los asuntos internos. No se hará un análisis de los aspectos filosóficos y jurídicos del principio de no intervención. En el plano estrictamente político la no intervención es siempre invocada por los Estados para afirmar su propia personalidad en el campo internacional y para no dejarse llevar por los dictados ajenos.
El Principio de la Libre Autodeterminación de los Pueblos, esta establecido en el Pacto Internacional de Derechos Cíviles y Políticos, y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales artículo 1 inciso 1, respectivos y señalan: "Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación”. En virtud de este derecho establecen su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural. Además las Partes, por el inciso 2, se comprometen, "incluso los que tienen la responsabilidad de administrar territorios no autónomos y territorios en fideicomiso" a proponer el ejercicio de libre determinación. También el mismo consta en el artículo 1 inciso 2 de la Carta de las Naciones Unidas y en el capítulo XI artículos 73 y 74 de la carta de dicha organización, referida a la Declaración Relativa a Territorios No Autónomos. Además se encuentra contemplado en la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de 1960 que contiene la "Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales", y en la Resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General de 1970, que aprobó la "Declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas" proclamó "el principio de igualdad de derechos y de libre determinación de los pueblos" y desarrolló en forma extensa los derechos y obligaciones que se derivan del mismo.

Este principio de libre determinación ha sido el instrumento ideológico principal utilizado para poner fin al colonialismo. La libre determinación de los pueblos establece que los mismos pueden decidir acerca de su futuro político sin interferencias extranjeras. En algunos casos de conflicto territorial o de región es aplicable mediante un plebiscito para definir esas cuestiones.
En el tema Malvinas el principio no puede ser tenido en cuenta, y para ello tomamos como ejemplo un fragmento del discurso de S.E. el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina, Sr. Miguel Angel Zavala Ortiz, el 27 de setiembre de 1965 en la XX Período de Sesiones de la Asamblea General, Nueva York Documento: A/PV.1337, en donde da una clara explicación con respesto a este tema y señala lo siguiente:

"...no tiene asidero jurídico hablar de libre determinación, garantía que la Argentina siempre ha reconocido a todos los pueblos de la tierra, puesto que la libre determinación requiere, como primera condición, que se realice en territorio propio y no en territorio obtenido por el despojo. Dejar a la libre determinación de los ocupantes del Archipiélago Malvínico el destino del mismo, sería tanto como dejarlo a las personas que puso el propio Reino Unido. Sería tanto como dejar que el Reino Unido excluyentemente resolviese el problema. Sería tanto como si para salvar a quien despoja se le aceptase que acuda a su propio título. Pues, evidentemente los pobladores son representantes del Imperio inglés. Y por qué esto? Simplemente porque Inglaterra dispersó la población originaria, la reemplazó e incomunicó las Islas. Hizo de ellas una tierra cercada. Puso un candado de prohibición inglés..."

Con esto se puede considerar que el principio no se puede aplicar, pues no existe en dicho territorio como elemento fundamental una población autóctona, y además la argumentación del Ministro Zavala Ortiz es muy clara para hacer frente a este problema que se plantea dado por la pretensión de Gran Bretaña de llevarlo a cabo en beneficio propio.
La negativa británica a negociar el problema de soberanía se fundamentaría en una identificación dogmática de todo proceso de descolonización con el principio de autodeterminación. Para el Reino Unido la única posibilidad de descolonizar es a través de la libre expresión de la voluntad de la población afectada. Pero no solo dentro del marco de la O.N.U. sino incluso en las prácticas estaduales no controladas por esa organización, la descolonización no es sinónimo de autodeterminación.
La Resolución 1514 (XX) de la Asamblea General estableció los mecanismos para implementar el principio de autodeterminación, pero no agotó en esos mecanismos las posibilidades de descolonizar.
La integridad territorial mentada como atemperante de la autodeterminación de diversos grupos étnico-culturales dentro de una misma jurisdicción sujeta a descolonización, se fundamentó en la necesidad de no generar mini estados. Asimismo, la integridad territorial se aplica como excepción a la descolonización por autodeterminación cuando existe un estado con un derecho de soberanía preexistente al momento de la colonización. En estas situaciones es posible distinguir dentro de los territorios no autónomos sujetos a una controversia territorial, a aquellos con poblaciones con un derecho reconocido a la autodeterminación, de aquellos que no lo tienen. Dentro de este esquema el gobierno argentino se vio motivado a diferenciar la cuestión de Belice de la cuestión de Malvinas.
Frente al reconocimiento de la existencia de un conflicto de soberanía por parte de la Asamblea General, Argentina podría intentar otros mecanismos alternativos como para presionar al Reino Unido a cumplimentar la obligación de negociar. Si bien puede alegarse que la Asamblea General solamente recomendó, instó o invitó a las partes a negociar, el hecho de que efectivamente se negociara implicó, o bien la aceptación del contenido de las Resoluciones de la Asamblea General con carácter vinculante, o bien el surgimiento de una regla consuetudinaria particular. El Reino Unido no puede desconocer la existencia del conflicto y en consecuencia no puede ignorar la obligación de solucionarlo por medios pacíficos. Cualquier solicitud de una Opinión Consultiva a la Corte de Justicia Internacional sobre este particular, fortificaría la posición argentina sobre el fondo de la cuestión.


Por otra parte, la movilización dentro de los foros internacionales de una opinión pública generalizada a favor de los derechos argentinos sobre las Islas, debería complementarse con la promoción de una opinión pública interna en el Reino Unido que permite apuntalar, por el momento, la necesidad de buscar y encontrar una solución.
La solución futura frente a este problema, por parte de la República Argentina, puede ser en primer lugar la presencia de dicho Estado en Naciones Unidas, origen de que la reivindicación argentina haya adquirido el apoyo de la comunidad internacional conviene que se mantenga viva no sólo porque todos los años, en el Comité de los 24, se reitera la obligación moral del Reino Unido de acordar una solución negociada, sino porque el gobierno argentino se encuentra comprometido en informar sobre los pasos que se den en cumplimiento del mandato de lra. Asamblea General.
Paralelamente el Foreign Office debe tener en claro que la Argentina no abandonará su reclamo de soberanía, reclamo que debe estar presente en todo diálogo con los británicos, cualquiera sea la circunstancia negociadora que este en juego y que el paraguas no es una argucia política para enterrar la reivindicación argentina, sino un procedimiento jurídico que compromete a las partes a reanudar las negociaciones cuando las circunstancias lo hagan propicio.
Quizás un factor decisivo para la disputa pueda resolverse en el largo plazo, será el grado de influencia que la Argentina obtenga en Londres y su City, para lo cual la evolución de las relaciones bilaterales es clave. No hay duda que los términos del intercambio son excelentes no sólo por el reactivamiento de la antigua y sólida relación de negocios. No existe razón porque la Argentina no recupere la condición de principal vínculo de negocios de América Latina con Gran Bretaña y de multiplicarse la escala de los mismos, la influencia viene sola.
El concepto internacional de la soberanía, que no desaparecerá, tiende sin embargo a evolucionar debido a la globalización de intereses. Es un tema delicado y la cancillería argentina lleva a cabo serias tratativas con el Foreign Office precisamente sobre el tema de la cooperación con el Reino Unido en las aguas en disputa. Con la futura firma de algún acuerdo, el mismo debe establecerse dentro de los límites de la soberanía, pues si es desequilibrados en sus efectos, por razones políticas podría desbordar los límites del paraguas de la soberanía.
La cooperación puede basarse en solidaridades naturales, en identidades de creencias y convicciones, en recuerdos del pasado, en aspiraciones futuras. Aunque se ha subestimado esta fuente de cooperación diciéndose que “los países no tienen amigos ni enemigos sino sólo intereses”, ella es muy poderosa y ha influido decisivamente en la historia de los últimos tiempos. Basta recordar que la solidaridad de los pueblos arábes, basada en la comunidad de creencias religiosas y en sus afinidades étnicas y culturales, es un elemento muy poderoso de gravitación en la política internacional de nuestro tiempo y, a través de la OPEP, también lo es en el plano económico. La conjunción de los objetivos puede resultar de exigencias de la vida de relación y de la interdependencia que ella genera. Es ésta, tal vez, el motivo más poderoso que ha influido en la década del ’70, para determinar el notable crecimiento de la cooperación internacional técnica y económica. El desarrollo de la tecnología durante esta segunda revolución industrial vuelve prácticamente imposible la carencia de cooperación internacional, aun para los países técnicamente más adelantados y financieramente más opulentos. De ahí, entre otras consecuencias notables, la extraordinaria proliferación de organismos internacionales, tanto públicos como privados, cuyo exclusivo objetivo es promover esa cooperación y hacerla efectiva mediante un trato frecuente y la concreción de arreglos durables entre las partes interesadas. Por todo lo expuesto, resulta claro que los antagonismos y las coincidencias en los objetivos nacionales de los Estados son perfectamente compatibles y plenamente vigentes.








A modo de conclusión, el tratamiento del tema en el ámbito de los diferentes foros internacionales, puede sostenerse que Argentina aun no ha agotado las posibilidades de hacer valer sus derechos. Para ello es muy importante tener en cuenta todos los datos históricos que proporcionan una clara visión de la fundamentación de este país, y al mismo tiempo es conveniente también remarcar aquellos geográficos que constituyen otra forma y causa de establecer la soberanía sobre las islas; como último se considera las gestiones diplomáticas, que se fueron tomando como punto excluyente, llevan a cabo la reiterada actitud negativa por parte del Reino Unido. Igualmente el gobierno argentino, no debe perder las esperanzas y continuar realizando las reiteraciones pertinentes bajo la firme voluntad de recuperar el ejercicio de sus derechos soberanos mediante negociaciones que conduzcan a una solución justa, pacífica y definitiva en esta disputa territorial internacional, con el convencimiento que el diálogo contribuirá a alcanzar ese objetivo en el futuro ante los distintos organismos y demás estados del mundo. Para ello es imprescindible dejar de lado todos los aspectos ideológicos y determinar propuestas concretas dentro del marco de una voluntad negociadora para lograr un futuro promisorio, y obtener de él el mejor de los resultados, expresando permanentemente la disposición a garantizar la salvaguardia de los intereses de los habitantes de las Islas Malvinas, mediante una eficaz y correcta utilización de la política exterior.
La política exterior constituye el sector de la política general que representa el modo en que un Estado, de acuerdo a fines y objetivos definidos, se relaciona con otros Actores Internacionales (Estados y Organismos Multilaterales). La ejecución de la política exterior reviste una importancia crucial para el desarrollo de un Estado. Las actuales condiciones de funcionamiento del sistema internacional y la dinámica globalizadora han dimensionado su incidencia en la estabilidad socio económica e institucional de un país. Por ello, la Cuestión Malvinas en la política exterior, impone a la Argentina el diseño y ejecución de una política, valga la redundancia, exterior cual política de Estado, con precisa definición de sus fines y objetivos en permanente consulta al interés nacional. Una política exterior coherente con sus potencialidades y limitaciones; conciente de los intereses globales predominantes y de la diversidad de poder en el sistema internacional, privilegiando el impulso asociativo generador de poder en procura del desarrollo nacional y regional. El análisis del orden internacional con sus actores y su estructura de poder vigente, requiere un enfoque pragmático adoptando una perspectiva propia, en la convicción de la utilidad de la política exterior para conducir al desarrollo del país y a una mejor calidad de vida a su cuerpo social. Ello revela el propósito de que los aportes investigativos e intelectuales efectuados suministren elementos esclarecedores para afrontar los desafío estructurales y coyunturales que afectan al país. Finalmente, a través del diálogo bilateral con el Reino Unido es preciso conseguir la recuperación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas y poner fin a los fenómenos ilegales que provoca la actual situación.

Miguel Angel Rizza

Mgter. en Relaciones Internacionales

Lic. en Ciencia Política

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martes, 7 de abril de 2009

Bienvenidos...

Para los verdaderos Heróes de Malvinas...
Para sus Familias
Para todos los que sentimos la Causa Malvinas
Para todos los Argentinos...
Para todos las víctimas de las guerras en el Mundo...

HORACIO HAAG veterano de Malvinas
ADRIANA HARGUINDEGUY